La piel del Centro Botín

En nuestro siglo ya no nos extraña que se hable de piel en la arquitectura. Ya desde el anterior siglo con la búsqueda de una construcción de “piel y huesos” por Mies Van der Rohe se estableció una concepción del edificio como organismo. Y en todo cuerpo vivo la piel es un órgano fundamental. Me parece más que curioso cómo la controversia acerca de si la función crea los órganos (la forma) o si la función sigue a los órganos, que ha sido un secular debate en biología evolutiva, se trasladó a la arquitectura y al diseño. En el Blog de Piel no vamos a meternos en un jardín ajeno, pero sí habrá que hablar del gran acontecimiento del siglo en Santander: la inauguración mañana del fascinante edificio de Renzo Piano Y nos interesamos por la piel del Centro Botín de las Artes y la Cultura..

Los edificios del gran arquitecto genovés son ensalzados por la variedad de soluciones de forma y función para crear espacios públicos. Desde el éxito del Museo Pompidou de París ha desarrollado una especialización en museos, pero su versatilidad como creador de soluciones arquitectónicas incluye éxitos tales como hacer deseable el rascacielos más alto de Europa en medio de Londres (la Astilla de Cristal) o conseguir que en la terminal del Aeropuerto de Osaka su gran belleza se asocie a la función de soportar grandes seísmos (superó sin sufrir el menor rasguño la bestial prueba de estrés del terremoto de 1995, con epicentro a pocos kilómetros). Ahora, y por primera vez, tendremos un Piano en España. Y como se verá, ha sido un logro pianísimo.

En Santander el primer desafío a superar no fue la inminencia de un terremoto, sino las iniciales reticencias de los ciudadanos al proyecto. Debido a su crítica localización en el frente de la Bahía surgieron los lógicos reparos al impacto visual que podía preverse de un mamotreto moderno construido en el paseo principal de la ciudad. Podía objetarse que el evidente deseo de trascendencia de la Fundación Botín para la entidad bancaria que la originó era el que imponía la céntrica localización, aunque también otros veían razonable pedir el mejor sitio de Santander para una construcción que iba a ser emblema de la ciudad. Pero (y era el gran pero) para que fuese tolerable esta ubicación del Centro Botín se hacía totalmente obligatorio que el edificio fuese una gran maravilla integrada en una transformación cívica; en cualquier otro caso mejor ni tocar un sitio con tanta belleza natural. Haber superado esta prueba nos parece que habrá supuesto un quebradero de cabeza mayor que los seísmos japoneses.

Una característica destaca dentro del éxito alcanzado: la ligereza, Parece que se ha trabajado a conciencia la óptica para conseguir integrar con el entorno a este edificio que vuela sobre el mar. Y la piel del Centro Botín es una de sus singularidades y un logro de adaptación y levedad. Desbordado el concepto de fachada, el edificio está envuelto por una piel compuesta por 270.000 piezas cerámicas que consiguen que el edificio no tenga un color determinado, sino mutable con la cambiante luz de la Bahía. El fenómeno de la variada riqueza lumínica de la bahía de una ciudad del norte pero orientada al sur, Renzo Piano lo compara con el que se presenta en Venecia. Por ello la interacción de la luz con el edificio ha sido un objetivo estético y funcional que motivó el laborioso diseño de la piel del Centro Botín. Creo que la relación de función y forma, cuestión crítica en la arquitectura, aquí puede entenderse mejor a través de la comparación con la piel biológica.

LAS FUNCIONES DE LA PIEL

La estética puede ser en sí misma una función, pero las funciones de la piel de un edificio son muchas más y podríamos equipararlas en alguna medida a las de la piel humana y la de los animales:

  • Protección del medio interno (la piel nos protege de la luz y de las infecciones)
  • Regular la temperatura
  • Formar una barrera (la piel impide la pérdida de fluidos y electrolitos)
  • Proporcionar nutrición (síntesis vitamina D) y circulación de fluidos
  • La interacción con el medio interno y con el exterior (fibras nerviosas, mediadores). Y la función sensorial.
  • La comunicación interpersonal: la belleza y la expresión de una identidad propia.

LA FORMA DE LA PIEL

Lo que conozco de la estructura de la piel del Centro Botín es cuanto podemos ver desde fuera, la cobertura de piezas cerámicas. Por eso si comparamos esta estructura con la piel biológica habrá de ser exclusivamente respecto a su superficie (y no entrar en las consideraciones de la piel como órgano tridimensional). También hay que advertir que la interacción de la piel humana con la luz tiene mayor complejidad, pues no solamente existe reflexión y dispersión de la luz, sino también absorción. Pero aun así podemos intentar a una ilustrativa comparación de pieles.

En las siguientes imágenes pueden verse las homologías con la superficie de la piel de los peces, de la plantas y con la superficie de nuestra epidermis. Aunque las escamas de los peces tienen un origen embriológicamente distinto a la capa córnea de la epidermis humana, comprenderemos que la estructura de esta superficie es una solución universal que da la naturaleza. Además, si se examinan al microscopio, las células de nuestra capa córnea también adoptan esta disposición. Podríamos decir que hay una dimensión fractal en esta estructura, y que para la función de interaccionar con la luz, en la solución de la piel del Centro Botín no hubo azar sino necesidad.

 

Piel del Centro Botín ( Fundación Botín/Gerardo Vela)La piel del Centro Botín

 

 

 

 

Escamas de pez (rutilo. Wikipedia)Escamas de pez. Piel del Centro Botín

 

 

 

 

Epidermis de plantaEpiedermis de cebolla. Piel del Cento Botín

(cebolla, microscopia.Wikimedia Commons)

 

 

 

Piel humana (Fotolibre.net)Piel humana y piel del Centro Botín

 

 

 

 

Epidermis humana (microscopia electrónica)Células de epidermis. Piel del Centro Botín

 

 

 

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