Dermatitis de las manos y Bergman

¿Recuerdas lo mal que estaba? Las manos vendadas… La picazón no me dejaba dormir. Tenía la piel escamada y llagas en las palmas…las llagas te daban asco.

Märta (Ingrid Thulin) en Los Comulgantes

Curiosa ocasión para tratar conjuntamente materias tan distantes como la dermatitis de las manos y el gran cineasta Ingmar Bergman. En el 100 aniversario del nacimiento del genial sueco nuestro homenaje será recordar  una de sus mejores películas, Los comulgantes, de 1962. Como en otras de sus obras, la enfermedad de uno de los protagonistas (Märta) constituye para Bergman un elemento dramático de la película, y en este caso nos interesa especialmente porque se trata de una dermatitis de las manos. Esta enfermedad dermatológica en la película aparece brevemente, pero hay mucho que decir en cuanto al lugar que ocupa en su argumento y sobre la motivación del autor para mostrar una dermatitis de las manos en el cine. Además, nos da pie para explicar esta enfermedad, también llamada eczema de las manos.

Vamos primero a exponer la información básica sobre la dermatitis de las manos. Para ello podemos imaginar que estas son las preguntas que Märta Lundberg haría a su dermatólogo.

PREGUNTAS AL DERMATÓLOGO SOBRE LA DERMATITIS DE LAS MANOS:

A qué llamamos dermatitis de las manos, o eccema de las manos:

Se trata de una enfermedad por inflamación de la piel de las manos con muy distintos grados de gravedad y cronicidad (desde la afectación leve hasta la incapacidad laboral). Causa picor o sensación urente, y en su apariencia puede encontrarse enrojecimiento, vesículas, sequedad, descamación y fisuras.

Por qué tengo dermatitis en las manos:

Varias causas son posibles de forma aislada o conjunta. Pueden ser causantes la predisposición genética (como las alteraciones inmunológicas de la atopia o las mutaciones del gen de la filagrina), los factores ambientales o los psicológicos. Aunque hay muchos tipos de dermatitis de las manos, los dos tipos principales son:

  • Dermatitis de contacto irritativa. La alteración inflamatoria se produce por la acción ambiental de un irritante (acción física o química), normalmente por una exposición reiterada a este irritante. Es la dermatitis más frecuente. Podemos mencionar como agentes de irritación: la humedad y el lavado excesivos, pero también los agentes desecantes, la fricción (dermatitis friccional), la acción de caústicos o las temperaturas extremas.
  • Dermatitis de contacto alérgica. Se produce únicamente en pacientes que han desarrollado una alergia concreta a una sustancia (alérgeno), cuando contactan con la misma, incluso con una exposición escasa. Los posibles alérgenos causantes son muchos, pero entre los más frecuentes destacan el níquel, el cromo, el cobalto, las fragancias y el bálsamo del Perú (resina vegetal con presencia en productos tópicos).

Otras veces las dermatitis de las manos tienen una causa más interna (endógena): el eccema dishidrótico o pónfolix y la dermatitis hiperqueratósica.

También hay que decir que varios tipos de dermatitis pueden coincidir. Y que una dermatitis que se disemina en distintas partes del cuerpo, como la dermatitis atópica, puede manifestarse de forma especialmente grave en las manos.

Por qué preguntan los dermatólogos por la ocupación y el medio laboral.

Habría que considerar a toda persona como un trabajador “manual”, pues casi todas nuestras acciones necesitan a las manos. Lógicamente, el eczema de las manos tiene una íntima relación con las ocupaciones y los trabajos domésticos, de ocio o laborales.

Profesiones en que se presenta frecuentemente: los sanitarios, la limpieza, la hostelería, la construcción, peluquería…

Qué otras enfermedades pueden afectar a la piel de las manos.

La psoriasis en ocasiones puede afectar a las manos y/o a los pies de manera que asemeje una dermatitis.

Otras enfermedades que han de considerarse por afectar a las manos de manera que pueda asemejarse a la dermatitis son la tiña u otras infecciones, las reacciones fotoalérgicas o fototóxicas, las reacciones por alergia a medicamentos, eritema multiforme o la sífilis secundaria.

Cómo se llega al diagnóstico y cómo se encuentra la causa

Se precisa tanto la historia clínica como la exploración física dermatológica. Las pruebas de alergia de contacto (pruebas epicutáneas o de parche) pueden ser necesarias para la confirmación de una causa alérgica.

En ocasiones son necesarias otras pruebas de alergia o el cultivo microbiológico. No suele ser necesaria la biopsia cutánea.

Qué tratamiento tendrá mi dermatitis de las manos

Podemos agrupar el tratamiento de esta enfermedad en tres escalones, que se ascenderán según sea mayor la gravedad y cronicidad de la enfermedad. Puede que baste con el primero o sea necesario emplear los tratamientos de los tres.

  1. Primero. Medidas de prevención de la dermatitis de las manos. Evitar los causantes es fundamental, pero también hay que proteger las manos de todos los posibles irritantes. Habrá que ayudar al cambio de hábitos perjudiciales. En algunos casos este es el único tratamiento necesario, junto con cremas protectoras. El médico debe ayudar a implantar un programa de cambios en las acciones diarias. Como ejemplo, entre las medidas que encuentro más efectivas:
    1. Evitar contacto con el agua: lavar las manos pocas veces, y evitar el jabón al máximo. Secar bien las manos. La lavadora y el lavaplatos son aliados del enfermo con dermatitis.
    2. Evitar el contacto con las sustancias agravantes (detergentes, alimentos, disolventes…)
    3. Emplear guantes para evitar el contacto con agua o líquidos. Los guantes no deben ser de goma ni látex, pues suponen un riesgo de alergia (emplear los de vinilo o nitrilo). Hay que llevarlos el menor tiempo posible (cambiarlos frecuentemente)
  2. Segundo. Tratamientos tópicos. Conseguir una buena hidratación de la piel con el empleo de cremas emolientes (hidratantes de manos) ayudará a reparar la barrera cutánea. Estos productos cosméticos también son útiles como prevención de la dermatitis. Pero puede ser preciso el tratamiento con medicamentos tópicos de tipo antiinflamatorio o inmunomodulador: corticoides de distinta potencia o inhibidores de la calcineurina.
  3. Tercero. Tratamientos sistémicos. Podremos necesitar terapias que no solamente impliquen a la piel, desde antihistamínicos orales hasta inmunosupresores y retinoides, pasando por el tratamiento con radiación ultravioleta.

LA DERMATITIS DE LAS MANOS ENTRA EN EL ARTE. LOS COMULGANTES

Los Comulgantes fue realizada por Bergman en el momento en que se encontraba en la cima de su éxito internacional. Pero parece que hubiese querido bajarse de esa cima, pues preparó una película que sabía anticipadamente que no iba a gustar, ni siquiera a ese mismo público que le seguía. Y acertó, fue un fracaso comercial.

Avisamos que aunque no sea fácil de vender por su temática y deliberadamente carezca de algunos de los atractivos de otras películas de Bergman (la historia parece menos escabrosa que otras, desaparece la sensualidad de las anteriores películas, la fotografía fue trabajada a conciencia para que resultase plana, los actores afeados), quien huya de esta película se perderá una maravilla. Pasen y vean: al espectador se le ofrece contemplar cómo un sacerdote desprecia a Cristo dentro de su parroquia o escuchar la declaración de rechazo a una mujer más brutal que conocemos. Pero no hará falta ningún “teaser” sensacionalista, la película es simplemente una obra de arte redonda que merece disfrutarse con atención.

Sinopsis mínima

La trama de la película transcurre en un febril día de la vida de un pastor luterano. Un día en el que sufre tanto un malestar físico como espiritual. Durante este día de fría luz de invierno escandinavo (Luz de invierno es el título en inglés de la película) el pastor Thomas Erikson enfebrece en su cuerpo y se agita espiritualmente contra Dios y contra los hombres. Lo veremos moverse en la dualidad entre la aceptación y el rechazo de la fe y del amor. El otro personaje principal es Märta, la maestra del pueblo, con quien Thomas, viudo prematuro, mantiene una relación sentimental. Esta relación parece ausente de amor por parte del pastor. No diremos más. Conviene que cada uno vea la película antes de que nadie le ofrezca interpretaciones para una obra abierta a la ambigüedad. Tanto podría verse en ella una expresión de ateísmo, como perfectamente lo contrario. Suele agruparse esta película entre esas en las que Bergman trató “el silencio de Dios”.

La dermatitis de las manos en la película

Me dirán que lejos de las honduras metafísicas y de la profundidad del alma, nuestra competencia son las capas externas, la superficie cutánea. Pero ya dijo el poeta que lo más profundo que hay en el hombre es la piel. Quizá por ello Bergman siempre ha priorizado el cutis y hay una preponderancia del rostro en sus películas. Y en Los Comulgantes hay una secuencia en la que pasamos de ver el rostro de la actriz a un primer plano de sus manos, unas manos con la piel enferma.

La enfermedad solamente se menciona y aparece en la primera parte de la película. Una escena en la que el pastor Erikson lee la carta que le ha entregado su novia Märta, que contiene declaraciones que prefiere no decir en persona. La vemos a ella  mientras refiere su contenido, como si Erikson se la imaginase mientras lee (este recurso de la carta leída lo volverá a emplear Bergman 40 años más tarde en su última obra, Zarabanda).

En la carta confiesa el dolor que sintió cuando descubrió plenamente que Erikson no la quería. Esto era patente en su repulsión por la enfermedad cutánea de ella. Luego, en un flashback, encontramos un memorable plano en la que Märta retira con rabia las vendas de sus manos para mostrarlas. Vemos entonces las severas lesiones en sus palmas. Un momento de esta secuencia, de la que no queremos descubrir más, en el que convergen los temas de la película: la incapacidad de amar, la indiferencia religiosa, el sentido del sufrimiento.

El poder de las manos

Es evidente que las películas, no solamente las de Bergman, tienen un gran fundamento en la plasmación de las caras. Pero el cine también se fija en las manos. Aunque habitualmente se abunda en lo significativo que resulta que persona y personalidad provengan etimológicamente de la máscara facial de los actores griegos, puede que se olvide que la palabra manifestar deriva de “mostrar con las manos”. La capacidad expresiva no verbal de la persona (y del actor) reside predominantemente en el rostro y en las manos. Por eso la discapacidad social que puede causar la dermatitis de las manos es muchas veces el mayor sufrimiento que produce esta enfermedad.

Primigenio poder expresivo de las manos que vemos en la pantalla iluminada del cine. Como también lo vieron en el paleolítico iluminando (con otras linternas mágicas) la “pantalla” de la Cueva del Castillo en Puente Viesgo, Cantabria. En la foto vemos el Panel de las Manos, que está entre las pinturas más antiguas de la historia, tiene al menos 40.800 años. Y se se sabe que son manos de mujeres (1). Quizá podríamos proponer estas imágenes como icono universal que represente a los que padecen eczema de las manos.

Hay manos con una función fundamental en el cine, como ejemplifica este hermoso video-ensayo sobre las películas del director Bresson. Pero en Los Comulgantes no vemos las manos tantas veces, ni las vemos como medio de conexión del protagonista con el mundo. Los planos de las manos con dermatitis importan por la propia acción de retirar unos vendajes para mostrar crudamente la enfermedad que se quería ocultar con las vendas. Es un momento de “manifestación” muy significativo en el contexto que sucede y por el interlocutor al que interpela.

Es frecuente que se busquen interpretaciones simbólicas en el cine de Bergman, y es cierto que hay en la película una parábola religiosa en las horas “de pasión” que suceden ese día. Pero no busquemos aquí significados a la enfermedad de las manos. No hará falta entender las manos como símbolo de entrega,  ni pensar en la incredulidad de Santo Tomás (el nombre del pastor), ni ver en las lesiones como estigmas. Esas interpretaciones son posibles, pero la presencia de la dermatosis de las manos en el filme consigue un efecto emocional directo, cuando percibimos la realidad tal como es.

Bergman y la enfermedad:

Conocer la biografía de Bergman mejora el disfrute de sus películas. Es muy recomendable leer su Linterna mágica (2). Lo primero que encontramos es que la compleja personalidad de Bergman fue claramente marcada por la difícil relación con sus padres. En Los Comulgantes parece que hubo un deseo de acercamiento a su padre, el severo ministro luterano Erik. El pastor protagonista de la película se llama Erikson (hijo de Erik), y es indudable que el propio Ingmar Bergman puso algo propio en el personaje. Y si nos interesamos por el tema de la enfermedad en su cine, sabremos que Bergman se definía como un hipocondríaco, que de niño necesitaba estar enfermo como única manera sentir el cariño de su madre (que era enfermera). Y como adulto padeció todo tipo de trastornos funcionales. Escribió que su mejor amigo era Sture Helander, un médico que le entendía. Parece que Bergman empleó la enfermedad como un instrumento para la vida, como también lo hizo para sus películas.

Pero hay un elemento biográfico que nos importa mucho: el origen de la idea de una mujer rechazada y que padece dermatitis de las manos. Esta idea surgió del sentido de culpa de Bergman hacia su segunda mujer que padecía esta enfermedad  que a él le repelía. Así, la película está extraordinariamente vinculada a las vivencias de Bergman, y tiene algo de ajuste de cuentas pendientes: además del famoso”silencio de Dios”, la de su relación filial y la conyugal.

(Bergman hablaba de la idea de la secuencia procedía del padecimiento de una de sus ex-mujeres, y explicó que era una severa dermatitis alérgica de las manos. Pero el diagnóstico de la enfermedad de Märta en Los comulgantes, por los datos que ofrece la película, también podría ser una psoriasis.)

ALGUNAS CONCLUSIONES

  • La piel de las manos es crítica porque las manos, además de su función fáctica, son un medio expresivo y de relación.
  • Se comprenderá la repercusión física, psíquica y en la vida social y el deterioro de la calidad de vida de una enfermedad dermatológica.
  • Entre las causas de la dermatitis importan las de fuera (agresores externos), pero también patologías de origen interno y las psicológicas (daño que nos hacemos a nosotros mismos).
  • Cuando se presenta un problema crónico de la piel de las manos se debe buscar ayuda (y no debería ser negada a quien la pide); conviene hablar del problema con el especialista.
  • La curación es posible.

Nota de actualidad:

Acaba de ser estrenada la película El reverendo (de Paul Schrader , con Ethan Hawke), que toma como estructura de partida el mismo argumento de Los comulgantes para narrar otra historia. Diré que me ha gustado, pero que nadie pretenda comparar ambas películas, porque“no hay color” (aunque literalmente sea al contrario). En la película de Schrader no aparece la dermatitis de las manos, pero sí veremos alguna catástrofe dermatológica.

 

REFERENCIAS

1- U-series dating of Paleolithic art in 11 caves in Spain.

Pike AWG, Hoffmann DL, García-Díez M, Pettitt PB, Alcolea J, De Balbín R, et al

Science 2012; 336: 1409-1413

2- Bergman, Ingmar (1987). La linterna mágica. Barcelona, Tusquets.

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